La mayoría de pruebas para medir adaptaciones se basan en aspectos físicos, ya que resultan fácilmente cuantificables. Los aspectos que determinan la eficiencia técnica resultan más complejos de medir. Sin embargo, debido a su importancia, deberían formar parte de análisis de cualquier escalador. Este artículo se basa en una revisión de la literatura publicada sobre posibles medidas espacio-temporales relacionadas con la fluidez y los estados de actividad que sirven de métricas para analizar la eficiencia técnica en escalada.
Son muchas las variables que han sido propuestas por diferentes investigadores para analizar la eficiencia técnica en escalada. Sin embargo, la mayoría no captan cómo un escalador rinde en una vía concreta.
Que un escalador permanezca inmóvil se considera algo negativo. Pero, ¿y si está agitando los brazos para promover el flujo sanguíneo? ¿O analizando los siguientes movimientos mientras escala a vista?
Al ser cada ruta o problema de búlder diferentes, es complicado encontrar variables generales para analizar la eficiencia del escalador.
En la escalada, cada ruta o problema de búlder son diferentes. Esto complica encontrar variables que puedan usarse de manera estandarizada para analizar la eficiencia del escalador.
CÓMO MEDIR LA EFICIENCIA TÉCNICA EN ESCALADA
La mayoría de publicaciones se han basado en medidas espacio-temporales. Algunas más recientes incluyen medidas de acciones performativas y exploratorias.
MEDIDAS ESPACIO-TEMPORALES DURANTE LA ESCALADA
La escalada experta se ha relacionado con la eficiencia en el manejo espacio-temporal del centro de gravedad (COM) (Billat y col, 1995 ; Cordier y col., 1996 ):
- La evaluación temporal cuantifica el número y el tipo de paradas en relación con la escalada total, indicando la cantidad de tiempo empleado en la contracción isométrica.
- Los indicadores espaciales muestran la competencia de un escalador estimando la capacidad de percibir una trayectoria eficiente a lo largo de la vía.
- Las medidas espacio-temporales combinadas, como la suavidad del tirón, indican la fluidez al encadenar los movimientos de escalada (Seifert y col., 2014b).
La escalada experta se relaciona con la eficiencia en el manejo espacio-temporal del centro de gravedad.
ACCIONES PERFORMATIVAS Y EXPLORATORIAS
Los estados de actividad permiten estimar las intenciones de las acciones del escalador (Pijpers y col., 2006). Se han clasificado en dos tipos:
- Performativas: para progresar en la ruta. Las diferentes acciones que hacen que el cuerpo se traslade por la vía.
- Exploratorias: realizadas para recopilar información. Por ejemplo, cuando tocas algunas presas antes de decidirte por cuál utilizar.
Sin embargo, se ha comprobado que hay ciertas variantes que alteran el rendimiento del escalador, afectando a estas acciones:
- A mayor altura suele aumentar la ansiedad. El estado emocional puede provocar una escalada más conservadora, con intenciones de recoger información para permanecer sujeto a la pared, en lugar de seguir progresando. En esa situación, el escalador diminuye la distancia que está dispuesto a alcanzar para agarrar presas o realizar más acciones exploratorias (Pijpers y col., 2006; Seifert y col., 2014c).
- Las acciones exploratorias pueden representar un desempeño eficiente o deficiente dependiendo de la situación (si está escalando a vista o ensayado, si es una secuencia obvia o hay que descifrarla,…). Por lo tanto, necesitan de contexto para ser útiles.
ANÁLISIS DE LAS RELACIONES ENTRE EL MOVIMIENTO ESPACIO-TEMPORAL Y LAS ACCIONES DEL ESCALADOR PARA EXAMINAR LA EFICIENCIA
Orth, Kerr, Davids y Seifert publican en 2017 una revisión con el título «El análisis de las relaciones entre la regulación espacio-temporal del movimiento y la ejecución de acciones discretas revela la funcionalidad de la escalada eficiente» (Analysis of Relations between Spatiotemporal Movement Regulation and Performance of Discrete Actions Reveals Functionality in Skilled Climbing). Los autores reúnen 21 estudios para evaluar cómo las distintas variables deben relacionarse para conseguir una información completa. Es decir, las variables espacio-temporales junto a los estados de actividad del escalador.
La eficiencia en escalada se asocia con una progresión de ruta competente en el espacio y niveles bajos de inmovilidad.
Su publicación reúne los enfoques actuales para analizar la habilidad de escalar según resultados de rendimiento (evaluaciones espacio-temporales) y procesos (actividad de las extremidades). La eficiencia se asocia con una progresión de ruta competente en el espacio y niveles más bajos de inmovilidad.
Sin embargo, cada vía es diferente e impone sus necesidades. Los agarres más exigentes requieren más movimientos con patrones más complejos. Diferentes acciones funcionales, como la recuperación activa y la exploración de las presas, son importantes adaptaciones a la dinámica fisiológica y ambiental que emergen durante el acto de escalar.
La revisión de Orth y col. (2017) explora nuevos conocimientos sobre cómo cuantificar el rendimiento de escalada y las acciones relacionadas con el papel funcional de la variabilidad en el movimiento.
MEDIDAS ESPACIO-TEMPORALES PARA CUANTIFICAR LA EFICIENCIA EN ESCALADA
Los datos para analizar la escalada eficiente deben relacionarse con las propiedades de la ruta. De esa manera, la información incluirá la eficiencia del escalador para adaptar sus movimientos a las necesidades concretas. Diversos estudios relacionan las medidas espaciales y temporales en un único resultado para cuantificar la fluidez de la escalada.
La proyección del centro de gravedad o masas (COM) de los escaladores se usa para estimar:
- La velocidad.
- La aceleración.
- El tirón.
- Patrones de retrato de fase, que es la representación geométrica de las trayectorias en un plano (Cordier y col., 1996). Por ejemplo, el número de submovimientos utilizados para llevar a cabo una acción (coeficientes de jerk) proporcionan la indicación más directa de la capacidad para adaptarse a las demandas espacio-temporales (Seifert y col., 2014b).
Escalar implica un rendimiento competente a lo largo de ambas dimensiones, espacial y temporal, combinadas. Sin embargo, es más común considerar cada dimensión por separado.
INDICADORES ESPACIALES DE LA FLUIDEZ EN ESCALADA
Los indicadores espaciales se relacionan con el análisis del desplazamiento en una superficie. Los utilizados en la actualidad son:
- Cálculo del índice geométrico de entropía (GIE).
- Distancia del ascenso.
- Distancia media de los movimientos.
- Separación del centro de gravedad (COM) con respecto a la pared.
- Desplazamiento plano del centro de gravedad (COM).
El índice geométrico de entropía (GIE) es muy usado para interpretar la calidad del desplazamiento con respecto a una ruta. Cuanto mayor sea el valor de entropía, mayor será la irregularidad de la trayectoria de ascenso (Cordier y col., 1994b).
El GIE tiene una serie de ventajas sobre las otras variables espaciales. Permite calcular la distancia de movimiento promedio y es efectivo para detectar la eficiencia. Además, es muy fácil recopilar los datos con una sola cámara.
El índice geométrico de entropía (GIE) se utiliza para interpretar la calidad del desplazamiento en una ruta. Una mayor irregularidad se entiende como una peor eficiencia del escalador.
- Imagen A: cuanto más corta es la longitud del camino, menor es el índice geométrico de entropía (GIE).
- Imagen B: La línea azul es de un escalador avanzado, (trayectoria más directa y, por lo tanto, un GIE más bajo) en comparación con la línea roja de los principiantes.
- Imagen C: La línea roja es el primer intento a una vía y muestra periodos de prueba que no tiene la línea azul, tras 42 ensayos de esa ruta.
- Imagen D: Cuando la técnica utilizada es más compleja, la GIE también aumenta. Aquí pidieron a un escalador que subiera la misma ruta de frente a la pared (línea roja) o usando una técnica de posición lateral (línea azul).
Por lo tanto, el índice de entropía (GIE) aumenta cuando la dificultad de la ruta es alta en relación con al nivel del escalador (dificultad funcional) y cuando no se conoce (a vista). Se ha observado que la práctica resulta más efectiva si la dificultad de la ruta está cerca del nivel de habilidad del escalador (Cordier y col., 1993).
Pero el GIE muestra algunas limitaciones, como:
- Una entropía más alta no siempre indica un desempeño deficiente (Davids y col., 2014).
- En la actualidad, la aplicación de GIE se limita a un solo plano de análisis y traslaciones significativas del plano anteroposterior, y se pierden las rotaciones alrededor de cualquier eje dado (falta tridimensionalidad).
- Aunque un escalador esté bloqueado, si no se produce ningún movimiento en la cadera durante esa parada, la magnitud del GIE no se verá afectada.
INDICADORES TEMPORALES DE LA FLUIDEZ EN ESCALADA
Las medidas temporales para analizar la continuidad del rendimiento en escalada, incluyen:
- Proporción entre los movimientos estáticos y dinámicos de las caderas.
- Relación entre agarrar nuevas presas y moverse entre ellas.
- El umbral de movimiento a través de la cantidad y duración medias de la meseta de la curva vertical de distancia-tiempo de la pelvis del escalador.
- Duración del ascenso de la vía.
- Tiempo dedicado a cada agarre.
- Frecuencia de movimiento.
Se suele realizar analizando frame a frame de la grabación, valorando como móvil o inmóvil según la cadera. Sin embargo, el centro de masas puede moverse ligeramente durante un reposo o estado de inactividad. Por ese motivo, algunos autores establecen un «umbral de movimiento».
Por ejemplo, para Seifert y col. (2014), en escaladores de hielo, es inmóvil el desplazamiento de la pelvis si no supera los 15 centímetros verticales durante 30 segundos.
Algo similar sucede al analizar el movimiento de las extremidades. Debe establecerse antes qué se considera movilidad (avanzar entre presas) o inmovilidad (permanecer en una presa o soltar y agarrar repetidamente, como en un reposo).
El tiempo dedicado a los diferentes estados de actividad es un buen indicador temporal de la adaptación del escalador a las exigencias de la vía.
Cuantificar el tiempo dedicado a los diferentes estados de actividad proporciona uno de los mejores indicadores temporales de las adaptaciones del escalador a las exigencias de la vía. Por ejemplo, el grado de movilidad depende de la dificultad de cada secuencia (Sanchez y col., 2010), y muestra diferencias entre escaladores que caen o encadenan (Draper y col., 2011b ).
La relación entre inmovilidad y movilidad es la herramienta más común para calcular el rendimiento en la dimensión temporal. Consiste en medir cuánto tiempo, con respecto al total de ascenso, el escalador permanece quieto o en movimiento.
Según Billat y col. (1995) el periodo inmóvil refleja el tiempo bajo contracción isométrica, afectando de forma negativa al rendimiento posterior. Sin embargo, éste puede aumentar la fatiga en los músculos de los dedos (Vigouroux y Quaine, 2006 ) o permitir que estos músculos se recuperen (Sanchez y col., 2012).
Los períodos de inmovilidad pueden reflejar acciones estratégicas con respecto a las demandas sobre el sistema fisiológico impuestas por el diseño de la ruta (reposos activos). Para vencer esa limitación, deben incluirse las características del diseño de la ruta en el análisis.
Sanchez y col., (2012) mostraron que los escaladores más experimentados aprovechaban los reposos para analizar las siguientes secuencias. Pero además, los principiantes suelen mostrar altos niveles de inmovilidad por una baja efectividad para leer los movimientos al escalar la vía (Pijpers y col., 2005, 2006).
Otra limitación es que no tiene en cuenta la (ir)regularidad de los movimientos. Cordier y col. (1996) mostraron que la dinámica del movimiento temporal de los escaladores expertos era periódica y regular, con intervalos de 3 segundos. Además, los escaladores avanzados lograron adaptar su repertorio de coordinación a las características de la vía.
Al relacionar los análisis temporales con su GIE se ve que, aunque los escaladores intermedios lograron niveles similares de eficiencia GIE, aún requerían más entrenamiento para mejorar la dinámica temporal.
Los escaladores más experimentados tienen un ritmo regular y aprovechaban los reposos para analizar las siguientes secuencias mientras que los principiantes tienen altos niveles de inmovilidad por una deficiente lectura de los movimientos.
Así pues, la principal limitación de las medidas espaciales y temporales es que, aunque proporcionan información importante de forma aislada, la interpretación de la intención de adaptar los movimientos durante la escalada mejorará al considerar estos resultados combinados.
ENFOQUES MULTIVARIANTES PARA ANALIZAR LA FLUIDEZ EN ESCALADA
Una vez conocidas las herramientas espaciales y temporales disponibles, toca ver cómo combinarlas para vencer sus limitaciones y obtener una información más completa.
La relación entre el índice de entropía (GIE) y la inmovilidad puede ser inversa dependiendo del tramo de la ruta. Por ejemplo, los movimientos complejos y dinámicos necesitan un alto grado de movilidad. Por el contrario, en la escalada más técnica y estática, un bajo nivel de movilidad puede ayudar cuando se necesita mantener el centro de gravedad (COM) cerca de la pared.
Para que sean válidos, deben relacionarse los datos espaciales y temporales, con las características de la vía y las intenciones del escalador.
Así, durante una escalada eficiente, la inmovilidad y la complejidad del movimiento están coadaptadas para mantener el rendimiento en términos de suavidad o tirones (Seifert y col., 2014b, 2015).
Sin tener en cuenta las intenciones de los escaladores durante los períodos de inmovilidad o aumento de la entropía, estos datos pueden valorarse erróneamente como disfuncionales. En el estudio de Fryer y col. (2012), los escaladores más experimentados exhibieron un mayor porcentaje de tiempo inmóvil. Tras analizar las acciones realizadas durante los reposos, se encontró que descansaban de forma activa durante la inmovilidad, ya sea aplicando magnesio en las manos o sacudiendo los brazos.
Por lo tanto, para que los datos sean válidos, deben relacionarse espaciales y temporales, juanto a las características de la vía y las intenciones del escalador.
RENDIMIENTO EN ESCALADA SEGÚN EL ESTADO DE ACTIVIDAD
Durante la escalada, los objetivos son (Orth y col., 2016):
- No caer.
- Llegar al final de la vía.
- Utilizar secuencias de movimientos eficientes que reduzcan las pausas prolongadas.
Aunque pueden variar según el nivel del escalador (ir tan sobrado en una vía dura que no valoras la eficiencia táctica o gestual) y la situación dinámica concreta (que empiece a llover en una vía larga y sólo pienses en salir de la pared).
ACCIONES PERFORMATIVAS
Las acciones performativas están destinadas a la progresión. Según Pijpers y col. (2006), pretenden realizar uno de los siguientes objetivos:
- Mover una mano o un pie de un punto de apoyo al siguiente para emplearlo en otras acciones de escalada.
- Usar una presa para mover todo el cuerpo de forma vertical o ascender por la ruta.
- Aprovechar una posición para acciones de recuperación (reposo activo).
- Analizar los siguiente pasos mientras se mantiene en movimiento las caderas (señal de que no está parado).
Las acciones performativas están destinadas a la progresión.
ACCIONES EXPLORATORIAS
Las acciones exploratorias se realizan para recopilar información (Pijpers y col., 2006) de oportunidades para progresar en la vía. Se realiza a través del tacto, el oído, la vista y el movimiento cinestésico.
Estas acciones exploratorias incluyen:
- Comprobar si una presa está a tu alcance.
- Tocar una presa sin usarla de apoyo.
- Tirar de un seguro para valorar su fiabilidad.
- Utilizar herramientas para balancearte sin un anclaje definido (escalada en hielo).
- Analizar con la vista mientras estás inmóvil.
Las acciones exploratorias se realizan para recopilar información que permita progresar en la vía.
Un aumento en los índices exploratorios se suele asociar con una peor fluidez (Orth y col., 2016). Sin embargo, es importante tener en cuenta su propósito. Ya que, a medida que se reduce la exploración, la fluidez suele mejorar, resulta clave entrenarla para optimizar la eficiencia.
VARIABILIDAD Y FUNCIONALIDAD DE LOS ESTADOS DE ACTIVIDAD
Los estados de actividad combinados con los análisis espacio-temporales pueden indicar las intenciones específicas de los escaladores. Los principales estados de actividad incluyen:
- Inmovilidad.
- Regulación postural.
- Agarrar.
- Cambio de agarre.
- Recuperación activa.
- Alcance.
- Alcance y retroceso.
- Tracción.
- Encadenamiento de movimientos en sucesión.
En general, la inmovilidad total es un signo de bajo rendimiento. Sin embargo, un escalador puede beneficiarse si la aprovecha para explorar visualmente las próximas presas.
La exploración postural resulta relevante en los principiantes para encontrar posiciones más eficientes y movimientos más avanzados.
La exploración incluye tocar un agarre pero no usarlo para soportar el peso corporal, y puede distinguir a individuos de diferente nivel de habilidad.
A veces, los escaladores hacen ajustes en la forma en que colocan su mano en una presa antes de aplicar fuerza. Estas acciones exploratorias pueden ser importantes para mejorar la fricción o valorar una forma diferente de emplearla.
Los niveles de exploración disminuyen al ensayar una ruta. En cambio, la escalada a vista puede considerarse como un problema de transferencia y adaptación de habilidades durante la propia ejecución a las exigencias de una vía desconocida y en entornos dinámicos.
Se ha comprobado como, mediante ensayos de una ruta, los niveles de exploración disminuyen. En cambio, la escalada a vista podría considerarse como un problema de transferencia de habilidades, que requiere adaptaciones durante la propia ejecución a las necesidades de una pared desconocida y en entornos dinámicos. Por lo tanto, resultará beneficioso trabajar la exploración de manera específica.
CONCLUSIONES
Aunque hay numerosas variables para medir la eficiencia, por sí solas no captan cómo un escalador se adapta a una vía concreta. Por lo tanto, se deben relacionar las medidas espacio-temporales concurrentes con la evaluación de estados de actividad específicos de escalada (agarrar una presa, reposo activo, inmovilidad, regulación postural, cambio de agarre, alcance, retroceso, tracción, encadenamiento de movimientos sucesivos,…).
Al combinar los datos, es posible determinar con mayor precisión si un escalador se detiene para recuperarse o porque no sabe cómo progresar. Si el análisis de actividad no es factible, lo mejor es evaluar la entropía y la inmovilidad juntos con respecto a la aceleración y desaceleración (suavidad/tirones). De esta manera, es posible medir la eficiencia con la que un escalador se adapta a la complejidad de los movimientos.
La transferencia de habilidades es una parte esencial de la escalada. Por tanto, entrenar las acciones exploratorias de manera específica beneficiará su eficiencia, seguramente mejorando la escalada a vista y la lectura de las secuencias.
Muchos de estos valores los percibimos de manera inconsciente al ver un escalador, pero poder cuantificarlos ayudará a mejorar la eficiencia escalando.
Y tú, ¿qué otros factores percibes claves en la eficiencia de un escalador?
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- Las Pruebas de Rendimiento Físico en Escalada según esta revisión sistemática de 156 estudios.
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REFERENCIA
- Orth, Dominic et al. “Analysis of Relations between Spatiotemporal Movement Regulation and Performance of Discrete Actions Reveals Functionality in Skilled Climbing.” Frontiers in psychology vol. 8 1744. 6 Oct. 2017, doi:10.3389/fpsyg.2017.01744 (link).
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