Caer forma parte de la escalada. No tienes más que acercarte a un sector o rocódromo para ver a escaladores cayendo una y otra vez. Sin embargo, para que una caída sea segura, el asegurador tiene que poner en práctica algunos puntos que debe aprender y practicar. En este artículo verás que asegurar bien es bastante contraintutivo y que exige tu atención. Además, aprenderás cómo se dinamiza una caída para que sea más segura.
Lo habitual en escalada es contar con una persona atenta a tu seguridad al otra lado de la cuerda. Bien realizadas, las caídas en escalada deportiva son bastante seguras. Es normal ver a escaladores cayendo una y otra vez en un sector de escalada o en el rocódromo.
Asegurar consiste en proporcionar seguridad al escalador mientras escala.
Asegurar consiste en proporcionar seguridad al escalador mientras escala. Poder caer con seguridad es uno de los aspectos que han permitido a los escaladores exprimirse en la roca y buscar la dificultad.
ASEGURAMIENTO EN LOS INICIOS DE LA ESCALADA CON CUERDA
En 1865, se realizó la primera ascensión al Cervino. Para entonces, las cuerdas estaban hechas de cáñamo, apenas estiraban y eran propensas a romperse. Caer era peligroso. Se usaban para asegurar en terreno expuesto, sobre nieve y glaciares; o para fijar líneas en las secciones difíciles. Como protección para escalar, se utilizaron clavos.
Las primera cuerdas utilizadas eran de cáñamo, apenas estiraban y rompían con facilidad.
Mientras descendían atados, una persona resbaló y arrastró a los demás. Muchos de ellos cayeron y murieron al romper la cuerda.
Desde entonces, la escalada en Europa progresó a nivel de material y técnica. Sin embargo, esos avances tardaron décadas en llegar al otro lado del charco.
Robert Underhill aprendió a asegurar con el cuerpo en los Alpes y lo importó a Estados Unidos en las décadas de 1920 y 1930. Underhill escribió en 1931 «Sobre el uso y control de la cuerda en la roca», un tratado de veinte páginas que apareció en el boletín «Sierra Club».
Los escaladores de dicho club estuvieron dos años practicando y perfeccionando las técnicas. Por ejemplo, pasaron de asegurar desde el hombro a la cadera, para ganar estabilidad. Incluso descubrieron lo que era dinamizar, dejando escapar una parte de la cuerda durante la caída.
Entonces, en 1933 se sintieron preparados para ascender con cuerda el imponente granito de Yosemite. Fueron los primeros que realizaron tal hazaña.
En el Boletín de 1946, Arnold Wexler y Dick Leonard presentaron el concepto de aseguramiento dinámico en el artículo «Asegurar al líder» (lider se refiere al escalador que escala en punta o de primero). Se basaron en su propia investigación y pruebas en los pequeños afloramientos alrededor de Berkeley (California).
CAMBIO DE PARADIGMA: SE PERMITE CAER
Las cuerdas de cáñamo fueron reemplazadas por nailon, aunque al inicio se tejían de la misma manera, en espiral. Más tarde llegó la cuerda kernmantle actual, que tiene hebras individuales que crean un núcleo encerrado en una funda protectora. Estas cuerdas son mucho más dinámicas (estiran más), suavizando las caídas (más detalles en el artículo sobre las cuerdas de escalada).
Los arneses también progresaron. Desde atar una cuerda en la cintura, pasando por utilizar correas hasta los arneses comerciales actuales (más detalles en el artículo sobre los arneses de escalada).
Los dispositivos de aseguramiento ofrecen una mejora considerable en seguridad y confiabilidad con respecto a las técnicas anteriores.
Poder caer con seguridad es uno de los factores más importantes en la progresión de la dificultad alcanzada en la escalada deportiva.
Poder caer con seguridad es uno de los factores más cruciales en la progresión de la dificultad alcanzada en la escalada deportiva. El otro, el entrenamiento específico.
Estos cambios afectaron la ética de la escalada. El antiguo pensamiento de «prohibido caer» evolucionó para integrar las caídas en la escalada. Ahora, caer es una necesidad aceptada para mejorar.
Vídeo explicativo de Petzl sobre el uso del Grigri
REPASA LA CUERDA AL INICIO DE LA JORNADA
Al llegar al sector, y antes de empezar a escalar, es una buena costumbre desenrollar la cuerda por completo. Recorre cada centímetro con tus manos, comprobando que no está liada ni tiene daños peligrosos.
NUNCA SUELTES LA CUERDA
La ley número uno del asegurador es nunca soltar la cuerda de frenado. Es decir, el tramo libre de la cuerda. La mano que la sujeta debe permanecer a una distancia de al menos un palmo, y con el pulgar y el índice en el lado de arriba. De esa manera, evitarás pellizcarte con el dispositivo en el momento de la caída.
La ley número uno del asegurador es no soltar la cuerda de frenado.
Si el escalador está reposando sujeto a un seguro, y quieres descansar la mano, haz un nudo de seguridad en la cuerda para evitar que corra.
La otra mano la usarás para ir dando cuerda, trabajando ambas de manera sincronizada.
ATENCIÓN CONSTANTE
El rol del asegurador no se limita a dar cuerda rápido y en el momento oportuno. Hay que tener actitud y ser proactivo. Es importante prestar atención a quién escala y adelantarse a sus movimientos. Sobre todo, en chapajes comprometidos y para dinamizar las caídas.
La postura al asegurar es relajada, pero con cierta tensión. Siempre a punto para lo que pueda suceder.
CAÍDAS DINÁMICAS
Los dispositivos de bloqueo asistido, como el Grigri, son efectivos al frenar. El mecanismo consiste en una leva móvil que pinza la cuerda, frenándola. Sin embargo, este sistema es bastante brusco. Por eso, debe ser el asegurador quien aporte ese dinamismo.
Aprender a dinamizar las caídas es clave en el aseguramiento. Consiste en detener y suavizar la caída de forma progresiva, evitando el péndulo brusco y posible choque con el muro.
Aprender a dinamizar las caídas consiste en detener y suavizar la caída de forma progresiva, evitando el péndulo brusco y posible choque con el muro.
Es importante poder moverte en libertad hacia el primer seguro de la vía. Presta atención a objetos o estructuras (bolsas, árboles,…) que puedan molestar, y mascotas o personas que se pongan enfrente.
Si el primer seguro está muy bajo, al dinamizar, el asegurador puede llegar hasta él y desbloquear la leva del Grigri evitando el frenado. En esos casos, conviene sacar la cuerda de la primera cinta exprés una vez que el escalador ha pasado la cuerda por tres o cuatro.
Los metros de caída dependen de la suma del doble de la distancia al último seguro, más la longitud de cuerda entre el escalador y el aparato de aseguramiento, por el chicle o capacidad de elongación de ésta. Por lo tanto, no conviene separarse demasiado de la pared.
Algunos lo entienden de manera errónea, pensando que asegurar es simplemente dejar comba. Y no es así. De hecho, dejar comba y luego frenar la caída puede resultar aún más peligroso.
Cuando el escalador cae, el asegurador debe dejarse llevar por la cuerda con unos pasos hacia delante o un pequeño salto. De esa manera, absorber el shock con suavidad y prevenir el péndulo agresivo. La distancia extra que añade con este gesto volverá una caída brusca en una parada suave y progresiva.
El recorrido de la caída depende de la suma del doble de la distancia al último seguro, más la longitud de cuerda entre el escalador y el aparato de aseguramiento, por su capacidad de elongación.
Es importante realizar la dinamización en el momento preciso (cuando sientas el tirón). Adelantarte puede hacer aún más peligrosa la caída.
En escaladores novatos, el instinto es recoger cuerda cuando cae. Esto provoca un arco al tensarse, haciendo que el escalador choque contra la pared. Es un instinto peligroso y que debes evitar.
Por eso, el aseguramiento dinámico debe aprenderse en un curso o bajo la supervisión de alguien capacitado, seguido de horas de práctica asegurando.
La técnica del escalador cayendo también es importante. Si la caída es inminente, no intentes agarrarte de lo que sea (cuerda, chapa, colgando de una presa hasta el límite,…). En su lugar, adopta una posición preparada para la recepción. Es decir, con las extremidades al frente ligeramente flexionadas, pero no rígidas, para absorber el posible choque.
Un pequeño péndulo puede darse. Pero si se dinamiza, no será peligroso.
LAS PRIMERAS CHAPAS (LA EXCEPCIÓN DE LA REGLA)
Mientras aseguras, la cuerda debería tener cierta holgura (siempre que sea seguro). Sin embargo, las primeras chapas de las vías son la excepción. Aunque en los metros iniciales de una vía la fuerza de choque es mayor, demasiada comba aquí podría hacer que el escalador llegue al suelo.
Aunque en los primeros metros de una vía la fuerza de choque es mayor, demasiada comba podría hacer que el escalador llegue al suelo.
Es común chapar la primera con una pértiga, por seguridad. Si no se hace, la función del asegurador es portear al escalador (como en búlder) hasta haber pasado la cuerda por el mosquetón de la primera cinta exprés. La idea es procurar que, si cayera, lo hiciera de la mejor manera posible.
La otra excepción es en el caso de que haya repisas o formas abultadas que esquivar. El asegurador es el encargado de prevenir ese posible riesgo.
SEGURIDAD
Que la seguridad es importante, no cabe duda. Al asegurar conviene llevar el casco. Tanto por la caída de piedras de la vía como por el posible choque contra la pared en el momento de dinamizar.
Sin embargo, mientras que nadie duda de su uso escalando tapia, aún cuesta implantarlo en los sectores de escalada deportiva. Ten en cuenta que una piedra puede caer por escaladores de otra cordada, cabrás por encima, viento,…
Usar casco, hacer un nudo al final y tener en cuenta la diferencia de peso entre escalador y asegurador, aumentan la seguridad.
Haz siempre un nudo en el cabo libre de la cuerda. Es muy común el caso en el que la cuerda no es suficiente para descender al escalador, cayendo éste a plomo. En los últimos años, ha sucedido varias veces a mi alrededor.
Las fundas para la cuerda (como ésta o ésta) suelen tener dos bucles, de diferente color, para atar ambos cabos de la cuerda e identificar cuál queda arriba.
Otro factor a tener en cuenta es la diferencia del peso en la cordada. Si quien asegura pesa más (a partir de 10kg) que la persona que escalada, dinamizar es aún más importante. Es habitual ver alguna «clavada» en cordadas de chico corpulento que asegura a una chica, y acaba en una mala experiencia. O un adulto a un niño.
Hay algunos dispositivos que ayudan a solucionar esa diferencia de peso. El OHM de Edelrid funciona con diferencias de peso entre 10 y 40 kg, mientras que el asegurador pese al menos 40 kg. Colocado en el primer seguro, aumenta la fricción en la cuerda de manera progresiva, disminuyendo la fuerza de arrastre que llega hasta el asegurador.
Con gran diferencia de peso, cobrará más importancia la capacidad de elongación de la cuerda utilizada.
Más vale prevenir. Y ya puestos, tener un mínimo de conocimientos de primeros auxilios.
ASEGURANDO EN VÍA LARGA
Al escalar en vías de varios largos, dinamizar es complicado. El motivo es que el asegurador está anclado a la reunión. Por lo tanto, dejar cierta comba se vuelve aún más importante. También lo es utilizar dispositivos más dinámicos, como el ATC o el Reverso, que, además, permiten rapelar en doble. Una cuerda más dinámica también ayudará.
Al escalar en vías de varios largos, el asegurador está anclado a la reunión, por lo que dinamizar es complicado.
Asegurando en vía larga, se dan dos situaciones:
- Asegurar al compañero que asciende de primero, que suele ser como en deportiva excepto por el hecho de estar sujeto a una reunión.
- Cuando aseguras desde arriba al compañero que sube detrás. En esta ocasión, el dispositivo está anclado a la reunión en vez de al arnés. La función del asegurador es recoger cuerda, en lugar de dar.
Lo habitual es que ambas situaciones se vayan alternando durante el ascenso.
CONFIANZA
Es normal que no confíes en cualquier persona para asegurarte. Si no tienes ningún referente, los primeros pegues pueden servir para examinar cómo se desenvuelve:
- ¿Tiene soltura con la cuerda y el dispositivo de seguridad?
- ¿Permanece atenta mientras escalas?
- ¿Se adelanta a los chapajes y las caídas?
- ¿Te anima cuando te ve en un apuro?
La confianza en quien asegura repercute en tu rendimiento escalando.
La confianza en quien asegura repercute en tu rendimiento escalando. Si desconfías, no podrás dar el máximo. Por lo tanto, un buen escalador debe también esforzarse por asegurar bien.
El doble check es sólo el inicio que comprueba la seguridad. Saber usar un dispositivo de seguridad no significa que sea un buen asegurador.
No te cortes y pregúntale por el tiempo que lleva escalando, los grados qué suele hacer y si sabe dinamizar. Coméntale tus preferencias. En mi caso, siempre les digo que prefiero caer más distancia de manera dinámica, que volar en corto y chocar con la pared.
Si te conoces la vía, le puedes informar de los chapajes delicados y las secciones más duras.
COMUNICACIÓN EN LA CORDADA
En la escalada, hay algunos términos que cambian según la zona. Incluso, en un mismo lugar, cada grupo puede usar palabras diferentes.
Antes de que el escalador empiece a escalar, asegúrate de que compartís las mismas expresiones. Por ejemplo:
- Para pedir tensión en la cuerda: ¡pilla!, ¡bloca!, ¡bloc!, ¡tensión!, ¡coge!, chupa,…
- Para prestar atención por una posible caída: ¡al loro!, ¡atento/a!, ¡ojo!,…
- Para pedir cuerda para chapar: ¡chapo!, ¡cuerda!, o quienes no dicen nada…
- Para que te destense para seguir escalando: ¡sigo!, ¡cuerda!, ¡escalando!, o los que no avisan…
Asegúrate de que compartes las mismas expresiones con tus compañeros de cordada.
Utiliza la menor cantidad de palabras posibles (a ser posible, una por expresión). No te quedes con dudas y pregunta siempre lo que no entiendas. También es un buen hábito empezar las indicaciones con el nombre del compañero. Así, evitarás posibles confusiones cuando coincidas con otros escaladores en el sector.
Al escalar fuera de la zona de confort, aumenta el cortisol. Ese estrés hace que en ocasiones el escalador pida tensión en un momento poco indicado (por encima del seguro). Si percibes que puede ser peligroso, es tu deber no obedecer y actuar de la manera más segura. Una vez pasada la caída, ya en calma, te lo agradecerá.
EL NUDO
El nudo más común entre los escaladores es el «ocho doble». Es un nudo sencillo que te enseñan el primer día que sales a escalar, y ya nunca olvidas.
Si eres de volar mucho, el «As de guía doble» o «Bulin en doble» tiene la ventaja de se aprieta menos. Por ese motivo, es el segundo más común en escaladores deportivos.
Es importante realizar la segunda vuelta en ambos nudos, ya que con sólo una no son seguros. Una vez que empiezas a hacerlo, no te distraigas y lo dejes a medias.
DESCENSO DEL ESCALADOR
En escalada deportiva, lo habitual es que el escalador vuelva al suelo tras finalizar la ascensión (en vía larga, asegura al siguiente escalador desde esa reunión).
En escalada deportiva, la maniobra depende del asegurador.
Es un momento donde la comunicación es importante. Tanto para señalar que ha pasado la cuerda por la reunión, cómo para indicar que está anclado a ésta en caso de necesitar pasar la cuerda por una anilla. O, que ya está listo para descender.
Ten en cuenta que, la distancia y los ruidos del entorno pueden interferir los mensajes. Mejor tener claro antes de empezar cómo os comunicaréis.
Cuando el escalador está listo para descender, después de la señal acordada, se cuelga de la cuerda. Entonces, la maniobra depende del asegurador, que tiene la vida del escalador en sus manos.
TIPOS DE DISPOSITIVOS DE ASEGURAMIENTO
Los dispositivos de aseguramiento evitan la caída del escalador, además de permitir gestionar la tensión de la cuerda y bajar al compañero de escalada. Los tipos principales de dispositivos de seguridad son tubulares y de asistencia de frenado, con diferencias en su diseño y funcionamiento. Algunos bloquean la cuerda y otros sólo la frenan.
Los dispositivos de aseguramiento evitan la caída del escalador, permiten gestionar la tensión de la cuerda y bajar al compañero de escalada.
- Los dispositivos como el ATC de Black Diamond, o el Reverso de Petzl, funcionan generando fricción para frenar la cuerda, sin llegar a bloquearla. Exigen, por lo tanto, un aseguramiento más activo.
- Los mecanismos de frenado asistido sin partes móviles, tipo cestas, van ganando popularidad. Funcionan al girar y pellizcar la cuerda para detenerla, salvo que el asegurador tire hacia abajo para evitarlo. El mayor inconveniente es que a veces se bloquean mientras el asegurador da cuerda al escalador. O que algunos son poco fluidos durante el rápel. Un ejemplo es el Mega Jul, de Edelrid, que en seguridad durante la vía larga supera a los anteriores.
- Los dispositivos con freno asistido mecánico son los más utilizados en escalada deportiva y rocódromos. Su mecanismo tiene partes móviles que frenan la cuerda. De todos ellos, el Grigri es el más popular, ya que fue el primero en aparecer. Al usar el Grigri, es importante no bloquear la leva con la mano. Si lo haces, dejará de funcionar. Hazlo sólo en momentos puntuales en los que dar cuerda rápido, sin nunca soltarla.
Antes de emplear cualquier dispositivo, es importante conocer su uso y especificaciones técnicas. Comprueba que es compatible con el diámetro de tu cuerda y adecuado para el uso que pretendes darle.
Utiliza siempre un mosquetón de seguridad con el dispositivo, y comprueba que está cerrado. Hay algunos modelos con sistema antigiro, que aportan más seguridad usados con el Grigri (como éste o éste). Si utilizas Reverso o Atc, usa un mosquetón simétrico que no tenga forma de pera.
Vídeo explicativo de Petzl sobre el uso del Reverso
Muy buen vídeo de la marca francesa sobre el correcto uso del Reverso, además de algunos principios para asegurar comentados en este artículo:
GAFAS DE ASEGURAR
Las gafas de asegurar llevan un prisma de 90 grados en cada lente. Así, mientras el asegurador mira al frente, en realidad ve lo que sucede arriba. De igual manera que el periscopio de un submarino.
Aunque no sean indispensables, tus cervicales lo agradecerán. Una vez que las utilices no podrás pasar sin ellas. Además, así te aseguras que quien está al otro lado de la cuerda mantiene la mirada en ti mientras escalas.
Las gafas de asegurar llevan un prisma de 90 grados para ver lo que sucede arriba mientras miras al frente.
Un consejo sería comprar unas que te permitan ver al escalador y tu entorno al mismo tiempo. Los modelos que cubren todo el campo de visión te aíslan, y dificultan poder reaccionar ante lo que suceda a tu alrededor.
En la actualidad, hay modelos más asequibles que cuando salieron, años atrás (como éste o éste). Fundamentales, sobre todo, en vías muy largas y/o desplomadas.
ASEGURAR EN TOP-ROPE (DE SEGUNDO)
Lo comentado hasta ahora se dirige para asegurar a escaladores que escalan en punta (de primero). Es decir, pasando la cuerda por los seguros conforme ascienden.
Hay otra modalidad, conocida como el top-rope, la escalada de segundo o en yoyo. Es aquella en la que se asegura al escalador desde arriba, por lo que la caída es mínima. En este caso, el asegurador recoge cuerda conforme avanza el escalador, en vez de dar.
En top-rope, el escalador es asegurado desde arriba y el asegurador recoge cuerda, en vez de dar.
Sin embargo, en la escalada se suele escalar de primero, ya que este modo de asegurar sólo es útil si la vía es vertical y en línea recta. En travesías y desplomes puede complicar la escalada si la cuerda está tirante. Además, puede incluso ser más peligroso el péndulo que origine.
Por lo tanto, suele usarse en el periodo de aprendizaje y en momentos puntuales (como probar un proyecto que lo permita o desmontar una vía). Además, está comprobado que al escalar en top-rope, empeora el rendimiento (Jones y Hardy, 1990; Hardy y Hutchinson, 2007).
CONCLUSIONES
El miedo a la caída en escalada es algo frecuente. Muchas veces, ha sido causado por una mala experiencia provocada por la inexperiencia del asegurador.
Años atrás, aprendíamos a escalar en la roca, bajo las instrucciones de algún colega. El resultado era como la ruleta rusa. Podía salir bien; o no. Muchos escaladores, bajo el efecto Dunning Kruger, se creían mejor preparados de lo que en realidad estaban.
Hay que asegurar con proactividad y actitud, adelantándose a lo que pueda suceder y transmitiendo seguridad al escalador cuando lo necesita.
Hoy es más habitual pasar por alguna formación previa, ya sea en el rocódromo o contratando algún técnico cualificado. De esta manera, el proceso resulta más seguro.
Para practicar las caídas, lo ideal son vías con algo de desplome y sin repisas. Puedes hacerlo en la roca o en un rocódromo. Fíjate mucho en cómo aseguran los colegas más experimentados.
Hay que asegurar con proactividad y actitud. Adelántate a lo que pueda suceder y transmite seguridad al escalador, cuando lo necesite. Es algo como conducir. Al principio es complicado, pero acaba bastante automatizado. Requiere atención y una fase de aprendizaje.
Las cuatro reglas de aseguramiento son:
- Realizar siempre el partner check.
- Prestar atención todo el rato al escalador.
- No soltar la cuerda de frenado.
- Adelantarse a las caídas y chapajes.
En escalada y alpinismo, el uso correcto de los aparatos de aseguramiento es un eslabón importante en la cadena de seguridad. Al asegurar, tienes la vida de tu compañero en sus manos.
Poder confiar en quién le asegura influirá en tu rendimiento escalando. Si no confías, no podrás dar el máximo. Por lo tanto, un buen escalador debe también saber asegurar bien.
Y para terminar, un poco de humor:
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Y tú, ¿cómo aprendiste a asegurar? ¿Alguna anécdota que puedas compartir que sirva a otros escaladores?
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