Encadenar al segundo pegue es todo un arte. Esta forma de ver la escalada te permitirá probar vías por encima de tu grado confort, pero sin tener que casarte con ninguna ruta demasiado tiempo. Por tanto, potenciará tu progresión como escalador. Este artículo te aporta algunas directrices sobre el arte de encadenar al segundo pegue una vía de escalada deportiva de un grado relativamente exigente para ti.
Se podría generalizar que hay tres tipos de escaladores: en un extremo están aquellos que sólo escalan a vista, sin repetir rutas. En el otro, los que adoran asediar proyectos hasta que encadenan.
Pero hay un tercer tipo, que se encuentra en un punto intermedio. Se trata de escaladores que han desarrollado la habilidad y mentalidad de encadenar rutas al segundo pegue.
Este planteamiento les permite seguir progresando de nivel en el tiempo mejor que si sólo escalaran a vista, pero sin tener que pasar tanto tiempo en los mismos proyectos.
Este artículo te trae algunas directrices para conseguir esos rápidos encadenes para hacer tus salidas a la roca mucho más fructíferas.
POR QUÉ INTENTAR ENCADENAR AL SEGUNDO PEGUE
Una ruta que no puedes hacer a vista indica que tiene algún aprendizaje para ti.
En la escalada deportiva el fin es el encadene. Es decir, conseguir escalar la ruta en libre sin caer ni colgarte a descansar. Esto en sencillo en vías que te resulten fáciles, pero se complica al aumentar el grado.
La mayoría de escaladores no tienen demasiado tiempo para salir a la roca. Además, los proyectos a largo plazo te hacen tener que comprometerte con una vía un periodo relativamente extenso de tiempo.
Escalar a vista es maravilloso, y puede considerarse el summum de la escalada. Sin embargo, la mayoría de vías que encadenes a vista sucede porque, en tu repertorio de recursos y patrones, ya tenías todos los necesarios para hacerla. Es decir, que el aprendizaje en este sentido habrá sido cercano a nulo (lo que no niega que hayas podido «crecer» en otros aspectos de locus mental, control de la respiración o aspectos que estés trabajando).
Sin embargo, una ruta que no puedas hacer a vista está señalando que tiene algún aprendizaje para ti. Por tanto, trabajar rutas es un proceso necesario para progresar como escalador. Más aún para para los que no hacen búlder ni pisan un rocódromo.
LA HABILIDAD DEL REDPOINT O ENSAYO DE RUTAS
Trabajar vías es una habilidad que debe entrenarse.
Igual que escalara a vista, el ensayo de vías es una habilidad que debe trabajarse. Afrontarlas de esta manera te ayudará a mejorar esta faceta tan importante en tu progresión como escalador.
La memoria, el control del arousal, la estrategia y el ritmo… Son múltiples los factores que deben trabajarse en este modo de afrontar la escalada.
CÓMO PLANTEAR EL PRIMER PEGUE DE LA RUTA
Al momento de plantearte escalar una ruta, deberías tener claro si la vas a intentar a vista o prefieres matizar para un siguiente intento. En este caso, debes adoptar la mentalidad de aprendizaje y tener en cuenta los siguientes factores:
ESCALA CHAPA A CHAPA
Para en cada chapa y observa todas las presas.
Haz un primer intento chapa a chapa. Es decir, de seguro a seguro. Aunque te sientas bien para seguir. Para en cada chapa y observa todas las presas, tanto de manos como de pies. Entonces, prueba diferentes opciones.
No te quedes con la primera beta. Incluso una sección cómoda se puede hacer más fácil aún. Son muchas las ocasiones en las que caes cansado en la parte alta de la vía por no haber ahorrado lo suficiente en la zona baja.
CEPILLA
Cada vez que te detengas, aprovecha para cepillar las presas. Limpia todas, incluso las que consideres que no usarás. Por un lado, nunca se sabe; quizás recurras a ellas en el pegue del encadene. Y por otro, no cuesta nada y prolongará la adherencia de la ruta.
Cuando termines, limpia todas las clecas y marcas de magnesio que hayáis realizado. Es una forma de respeto básica al resto de escaladores.
UNE LAS SECUENCIAS
Aunque te detengas en cada seguro, es importante unir las secuencias de la vía.
Aunque te detengas en cada seguro, es importante unir las secuencias de la vía. Es decir, al reiniciar la escalada, retrocede unos pasos por debajo de la chapa.
A veces la beta que has encontrado no es factible encadenando y no queda más remedio que optar por alguna otra de menor agrado.
Al hacer esto debes tener claro que es probable que llegues a ese movimiento con cierta fatiga. Si es así, ¿podrás realizar esa beta cansado? ¿Conviene buscar alguna alternativa?
REPOSOS, CHAPAJES Y CLECAS
Al estudiar la vía matiza los reposos y los chapajes.
Al unir las secuencias debes ir matizando dónde reposarás. Lo mejor es que, en la práctica de cada secuencia, incluyas el ensayo del reposo. De todas maneras, en el pegue siguiente deberías ser flexible; es normal que, al tener mayor fatiga, surjan descansos que ensayando chapa a chapa habían pasado inadvertidos.
También debes tener claro cómo chaparás cada cinta exprés. Valora la mejor opción. En algunos casos, ayudará alargar la cinta para llegar desde unas presas mejores. Otras veces, saltarte un seguro puede hacer que ahorres una energía que te permitirá salir victorioso de la secuencia. Si optas por saltar alguna cinta, avisa a tu asegurador y asegúrate de que la caída es segura.
Con respecto a las clecas o marcas de magnesio, son una buena herramienta en este tipo de vías que no se trabajan el tiempo necesario para familiarizarte con las presas. Marcar algún pie concreto o algún detalle que se te pueda olvidar puede ser crucial para el momento en el que llegues encadenando, y con poco flujo sanguíneo cerebral. Por supuesto, elimínalas con el cepillo cuando termines.
ENSAYA LAS VECES QUE SEA NECESARIO
Dedica el tiempo necesario para matizar cada sección de la vía.
Cuando estás en la ruta, a veces te puedes sentir culpable por pasarte de tiempo. Esto puede provocar que te bajes sin terminar de matizar. En su lugar, piensa que todo el tiempo que inviertas ahora lo ahorrarás en los siguientes pegues.
- Dedica un tiempo extra a las secuencias duras y al crux. Pero no subestimes las partes fáciles, pues pueden jugarte una mala pasada.
- Trabaja más en profundidad el final de las rutas. Aunque sea fácil, es probable que llegues con los antebrazos «empopeyados» y con falta de riego sanguíneo que te dificulte razonar. Tener esta parte automatizada te permitirá escalar sin pensar, en modo robot.
Lo ideal es hacer cordada con alguien que comparta tu visión de la escalada. Que igual que tú te puedes tirar un buen rato ensayando, lo haga luego esa persona. Para eso sirven los arneses cómodos y acolchados y las gafas de asegurar.
COMUNICACIÓN CON EL COMPAÑERO
Comentar cada pequeño detalle te ayudará a memorizar.
En este punto, habrán dos momentos principales de comunicación con el compañero:
- Mientras pruebas la ruta. Compartir cada pequeño detalle en este momento te ayudará, además de a contrastar las betas, a memorizarlas. En ocasiones, esta conversación es realmente un autodiálogo que resulta igualmente efectivo.
- Antes del intento a muerte, comparte con el asegurador cualquier detalle que deba saber. Una secuencia dura, una paso expuesto, un chapaje delicado o un seguro que te saltarás. Dile todo de manera que, cuando estés escalando, no te asalten las dudas.
Si resulta que compartís proyecto, es ideal. Podréis contrastar las betas y las sensaciones.
CUÁNTO DESCANSAR ENTRE PEGUES
Cuánto descansar dependerá del tipo de ruta, de la intensidad y duración del pegue previo, de la temperatura externa, de tu capacidad de trabajo y de recuperación.
Es una de esas cuestiones cuya respuesta es… depende. Variará según el tipo de ruta, de la intensidad y duración del intento previo, de la temperatura externa e incluso de tu capacidad de trabajo y recuperación.
Es decir, no descansarás igual tras probar en verano una ruta de 45 metros en Rodellar que escalando en la Pedriza en pleno invierno una vía de 15 metros. Seguramente, en el primer caso descanses sobre una hora y en el segundo sea adecuado menos de mitad.
Lo mejor será que escuches tu cuerpo y permanezcas atento a las variantes. Descansar de más o de menos en este momento puede echar a perder el pegue a muerte.
En ocasiones, no dependerá de ti. Es posible que en pleno invierno, tu compañero necesita un buen rato para matizar su ruta, lo que provoque que te enfríes. Si es así, una tabla multipresas portátil y algún ejercicio para activar el cuerpo te ayudarán.
VISUALIZACIÓN Y MEMORIZACIÓN
Antes del pegue a muerte, practica la visualización.
Antes del pegue a encadenar, intenta practicar la visualización. Es decir, reproduce mentalmente las secuencias de la ruta con la mayor precisión posible. De hecho, es más adecuado el término imaginería motora que visualización ya que, en esa recreación mental, deberías incluir otros sentidos como el tacto e incluso sensaciones. Y mejor si la acompañas con movimientos kinestésicos.
Cuánto más detallada y cercana a la realidad sea, más útil resultará. Te resultará especialmente importante para conocer las secciones que debes terminar de matizar. Si no eres capaz de recrear mentalmente una sección, seguramente sea porque te falte información. Es decir, que no has terminado de matizar bien la beta.
Otro motivo puede ser la falta de confianza. Si no eres capaz de verte realizando alguna secuencia, es probable que aún debas practicarla. En este sentido encaja más «si no lo creo, no lo veo.»
Tienes un artículo dedicado a la visualización para profundizar más.
SER FIEL AL MÉTODO O BETA
Una vez que tengas matizada la ruta y estés en el suelo, deberías ser fiel al método que has practicado. Sin embargo, a veces sucede que mientras estás descansando la prueba otro escalador que saca alguna beta alternativa a la tuya. Entonces surge la duda ¿Qué hago? ¿Modifico mi beta o sigo fiel al método?
En este caso, dependerá de varios factores:
- ¿Es una secuencia que no tienes controlada y su método parece claramente mejor? Entonces parecería obvio probar la nueva beta.
- ¿Se trata de una secuencia que tienes bajo control? Permanece fiel a tu sistema. Ya lo podrás cambiar si caes.
- ¿Es un tramo que no tienes demasiado controlado, pero la nueva beta parece igualmente aleatoria? Pues aquí es donde surge la mayor duda. Lo normal sería subir con la idea de permanecer fiel a la beta inicial, pero con cierta flexibilidad. Si una vez llegado allí ves con claridad que la otra opción es mejor, cambia. Si sucede en una secuencia dura que no te permite cambiar, escala con tu método y si caes, pruebas el nuevo.
QUÉ PASA SI CAES AL SEGUNDO PEGUE
Si caes en el pegue a muerte, termina de escalar la ruta y valora si hacer otro intento.
Es posible que caigas en el pegue a muerte. No hay problema, pues la escalada es así. En ese caso, no te bajes directamente de la ruta.
En vez de eso, vuelve a matizar las partes en las que has fallado. De hecho, sería recomendable escalarla hasta el top de nuevo, para terminar de matizar la parte superior.
Cuando hayas terminado, valora si te vale la pena dar otro pegue o no. Influirán factores cómo la piel, la fatiga o si el sector te pilla cerca de casa o estás en un rock trip.
QUÉ VÍAS SON LAS MÁS ADECUADAS PARA INTENTAR AL SEGUNDO PEGUE
Hay un amplio espectro de rutas para seguir progresando como escalador, pero sin que necesites de un periodo amplio de tiempo para encadenar.
Cómo ya trata el artículo sobre los proyectos, realizar una pirámide de encadenamientos te ayudará a plantear la temporada. Hacerlo así te ayudará tener una progresión firme, asentando los grados que vas encadenando.
De manera general, habrían tres niveles de rutas:
- Vías fáciles, que salen a vista y a penas suponen desafío. Sin embargo, van muy para acumular volumen de metros verticales.
- Las duras, que te van a exigir tiempo de dedicación y entrenamiento específico. Son las que marcarán los hitos de las temporadas.
- Entre ambas hay un amplio espectro de rutas que te pueden ayudar a seguir progresando como escalador aportándote aprendizajes, pero sin ser tan duras que necesites de un periodo amplio de tiempo.
Es este tercer tipo de vías el más adecuado. Es decir, que te resulten duras pero no tanto como para tener que montar el campamento a pie de vía. Si eres muy bueno escalando a vista, el nivel adecuado estará cerca de ese grado. Si no es así, será más elevado.
Con este planteamiento podrás ir variando de destinos, al no tener que casarte con una proyecto a largo plazo. Pero, al mismo tiempo, seguir progresando como escalador, obteniendo nuevos aprendizajes.
CÓMO DECIDIR SI ESCALAR A VISTA O ENSAYADO
Para decidir cómo afrontar una ruta, evalúa la situación.
Para decidir cómo afrontar una ruta, evalúa la situación: ¿Tienes posibilidades a vista? ¿La vía tiene las cintas puestas y el ambiente está seco y fresco? ¿O está sin cintas, hay mucha humedad y hace calor?
En muchas ocasiones, escalar a vista supone un riesgo que puede acabar haciendo que no encadenes la ruta ese día. Es más, podría hacer que te quedes sin energía para el resto de la jornada.
Si la pruebas a vista y caes al inicio de la vía, podrás cambiar la actitud y dedicarte a trabajarla como lo expuesto arriba. Pero, si caes al final con los antebrazos como piedras, deberás plantearte si merece la pena un segundo intento o sería mejor dejarlo para otro día.
POR QUÉ A VECES EL SEGUNDO PEGUE ES PEOR QUE EL PRIMERO
Es común que, tras un primer pegue muy bueno a una vía, el segundo sea peor.
A veces sucede que tras un primer pegue muy bueno a una vía, el segundo es peor. Esto suele pasar, casi siempre, cuando el primer pegue ha sido un intento a vista o al flash.
Los motivos por los que puede suceder esto son:
- Lo has dado todo en el primer pegue, por lo que estás cansado para realizar el segundo. Es complicado caer luchando en un pegue a vista o al flash y luego tener fuerzas para otro intento.
- O puede darse una cuestión de expectativas enfrentadas. Realizas un primer pegue mejor de lo que esperabas a una ruta supuestamente dura. Entonces, en el siguiente intento es probable que subestimes las secuencias que previamente te costaron menos de lo esperado.
- También es habitual fallar en el tramo que pasaste en el pegue previo a vista debido a que tu cabeza esté pensando en el crux, unas chapas más arriba, en vez de atender a la secuencia que tiene delante. Mientras que en el pegue previo estabas sumergido en el flow, en éste estás escalando mal con la cabeza centrada en el resultado y no en el proceso.
Sea cual sea, es un caso bastante común. No todos los escaladores pueden hacer como Alex Megos que, tras dar un pegue al flash a «La Rambla, 9a+» y caer bastante arriba, la encadenó al siguiente pegue en el mismo día.
CREACIÓN DE UNA ACTITUD
Para escalar con confianza debes apoyarte en recuerdos exitosos.
Tu subconsciente ejerce un gran poder sobre ti. En ese sentido, un escalador necesita encadenar cada cierto tiempo. Verte a ti mismo como un escalador que suele encadenar las rutas que se propone te hará más capaz de lograrlo.
La escalada necesita una actitud de eterno aprendiz. Y esa es la manera en la que debes afrontar el primer pegue de conocimiento y matización de la ruta.
Pero entonces, para el siguiente intento debes ir con decisión y confianza. Para creerte capaz de hacerlo necesitas construir autoconfianza, que se apoyará en el trabajo realzado y en las experiencias previas exitosas.
Esa actitud de «encadenator» te ayudará a escalar con decisión y lograr muchos mas encadenes. Tienes un artículo completo sobre la psicología deportiva de la escalada.
RESUMEN SOBRE EL ARTE DEL SEGUNDO PEGUE EN ESCALADA DEPORTIVA
Estarás progresando más que si te dedicaras a probar sólo vías de grado confort. Pero, a la vez, podrás ir variando las zonas y las rutas que escales.
La escalada te permite afrontar la ruta según prefieras: Puedes probarla a vista si te sientes preparado. O al flash, si cuentas con información previa. Pero otra opción es trabajar la ruta para encadenarla el siguiente pegue (o, al menos intentarlo).
Esta manera de matizar y encadenar vías en el día impulsará tu evolución como escalador. Estarás progresando más que si te dedicaras a probar sólo vías de grado confort. Pero, a la vez, podrás ir variando cada salida la zona donde escales y las rutas que pruebes.
El primer pegue tocará dedicarlo a trabajar la vía. Hazlo chapa a chapa, y sin prisa. Cepilla las presas y no te bajes hasta que tengas claras todas las secuencias.
Comparte estos pegues con un compañero que tenga tu mentalidad: una actitud de ensayo y aprendizaje unida a pegues que te obliguen a exprimirte. Conforme vayas escalando de esta manera, te irás sintiendo cada vez más cómodo en grados más elevados, a la vez que generas una personalidad encadenadora.
Y a ti, ¿cómo se te da encadenar rutas al segundo pegue?
Algunos artículos relacionados que puedan interesarte:
- Proyectos de escalada: Estrategias, Fases y Pirámide de Objetivos
- Imaginería motora en escalada
- Psicología Deportiva en escalada
- Análisis de Adam Ondra escalando a vista Just Do It, 8c+
- Seminario de Adam Ondra sobre la escalada a vista
- Sentido y utilidad de contar los pegues en escalada
Referencia:
Power company Podcast. Episodio 97: Board meetings. The art of the 2nd try send (link)
Deja una respuesta