Algunos escaladores suelen apuntarse los pegues que le ha costado una vía. Algunos lo hacen por tener un dato objetivo, pero a otros les llena de orgullo decir que tal ruta la hicieron en pocos intentos. Pero la cantidad de pegues por sí sola, está falta de información. No es lo mismo si te han flasheado la vía, es un primer ascenso, tuviste malas condiciones o el momento de forma en que estabas no era adecuado… Este artículo plantea la validez de contar el número de pegues a la hora de medir la eficacia en la escalada en roca.
“No son fracasos; he descubierto 1000 formas de cómo no hacer una bombilla.”
Thomas Edison
Seguro que más de una vez te ha llegado el compi de turno y te ha dicho que tal ruta la hizo en 3 pegues. Pero, ese dato por sí solo no aporta demasiado. Cambia mucho si obtuvo información externa sobre la vía, le tocaron condiciones perfectas y le pilló fuerte, que si estuvo él solo probando la vía sin información extra, hacía un calor y humedad sofocantes y, además, venía cansado de escalar 3 días seguidos.
Por tanto, así a priori se podría decir que el número de pegues, por sí solo, está falto de contexto. Para poder compararlo con el de otra persona, deberías haber tenido las mismas circunstancias. Y eso, teniendo en cuenta la cantidad de factores externos que influyen al escalar en roca, es complicado.
Thomas Edison intentó 1000 veces hacer una bombilla antes de lograrlo. Entonces, ¿tiene sentido decir cuántas veces lo has intentado tú?
Éste es un artículo de reflexión, en el que me planteo la validez de dicha información, o si es una mera métrica de vanidad para alimentar el ego.
Para poder comparar el número de pegues, deberías haber tenido las mismas circunstancias.
LO PRIMERO… ¿QUÉ SE CONSIDERA UN PEGUE?
Un pegue puede o no coincidir con un intento a una vía. Un pegue comienza cuando dejas el suelo y termina cuando te caes, te cuelgas de la cuerda o de un seguro.
Dentro de un pegue pueden haber diversos intentos a cada secuencia o movimiento. Entonces, se puede dar el caso de 2 pegues en los que, en el primero se haya caído a vista arriba, y en el segundo haya encadenado. Pero ¿son igual dos pegues para el que ha invertido el primero en probar repetidas veces cada secuencia para encadenar al siguiente?
Otro asunto es si caes al inicio de la ruta y vuelves a comenzar, ¿cuenta como un pegue o se consideran dos? Si caes al comenzar una ruta, bajas al suelo y vuelves a empezar, se suele considerar dos pegues.
Un pegue empieza en el momento en el que dejas el suelo y termina cuando te caes, te cuelgas de la cuerda o de un seguro. En un pegue pueden haber diversos intentos a cada secuencia o movimiento.
Pero, si en vez de volver al suelo, te cuelgas e intentas cada secuencia, chapa a chapa unas cuantas veces, bajas al suelo y luego encadenas, se consideran dos pegues igual. En ese momento, quizás tenga sentido dejar de contar los pegues o contar los intentos a cada secuencia como si fueran a un búlder (algo que no hace nadie).
TIPOS DE PEGUES
Los pegues se pueden clasificar en diferentes tipos:
- Pegues de matización o conocimiento: Cuando vas directo a probar la vía entera o terminar de matizar alguna parte concreta.
- Pegue de calentamiento: Ya conoces la ruta pero le das para terminar de calentar. Aprovechas también para darle una cepillada y, tal vez, terminar de matizar algún detalle.
- Pegue para montar la vía: Hay vías que poniendo cintas aumenta la dificultad. Y, cuando vas justo, ese salto puede marcar una gran diferencia. En tales casos, a veces toca invertir un pegue para montarla, que se puede aprovechar para terminar de calentar y cepillar. También puede ser que esté sucia y toque limpiarla. Algo común en vías poco transitadas.
- Pegue a muerte o intento de punto alto: Los pegues que empiezan en el suelo con la intención de escalar lo más alto posible antes de caer. El highpoint es el punto más alto alcanzado antes de caer.
- «Retropegue»: Aquellos pegues a muerte en los que caes antes del hightpoint alcanzado en intentos previos.
No es lo mismo si tenga una marca de magnesio señalando un canto escondido a que no.
ES DIFERENTE SI ES UN PRIMER ASCENSO O ESTÁ MUY MARCADA Y ESCALADA
No es lo mismo probar una ruta popular o la olvidada del sector. La primera estará llena de clecas y magnesio, mientras la segunda lo estará de telarañas. En este caso, tocará dar un primer pegue para limpiar la ruta.
También cambia mucho si pretendes realizar el primer ascenso de una vía recién equipada. En tal caso, tocará descifrar el puzzle y llevarse algunas presas en el camino. Pasarás posibilidades por alto. Por eso, muchas propuestas de FA (first ascent) son decotadas por sus repetidores.
Para realizar el primer ascenso de una vía recién equipada tocará descifrar el puzzle y romper alguna presa en el camino.
Pero tampoco es igual realizar el primer ascenso de una vía recién equipada que de un proyecto muy probado. En el segundo caso, es probable que puedas obtener información de escaladores que lo hayan podido escalar en libre, aunque no encadenar.
Pero incluso, entre las vías ya bastante escaladas, puede cambiar dependiendo de la complejidad de sus movimientos y la obviedad de sus presas. Si tiene algún canto escondido, no será lo mismo que tenga una marca de magnesio indicando su existencia a que no. Este caso puede significar gastar algunos pegues extra hasta encontrarlo.
CAMBIA SI EL PRIMER PEGUE VAS A MUERTE A VISTA O AL FLASH, O NO
Al intentar una ruta, debes seleccionar la estrategia que seguirás:
- Si está dentro o cerca de tus posibilidades, puedes intentarla a vista. Es decir, sin obtener información previa ni haber visto a ningún escalador. El problema de esta estrategia es que, si fallas, puede ser difícil hacerla al siguiente intento por haber escalado a muerte ese pegue y quedar fatigado; o, estar metido en el flow y no haber matizado bien los movimientos. No es raro caer en un segundo pegue en secuencias que has logrado hacer a vista.
- Puedes intentar hacerla al primer intento, pero al flash. Es decir, con información que has obtenido tras asegurar al colega, ver a otro escalador o porque te la han contado. Aunque las opciones de éxito son mayores que escalando a vista, el peligro de no remontar el vuelo tras fallar es superior. Es decir, al conocer los movimientos seguramente puedas exprimirte al máximo, por lo que caes tan fatigado que no recuperas para un segundo pegue. Aunque también puede ser al revés, al ahorrarte la mayoría de movimientos exploratorios y escalar con más eficiencia.
- Seguir la estrategia de intentar encadenarla al segundo intento. Dedicar el primer pegue a matizar los movimientos para así tener más posibilidades al siguiente.
Suponiendo que los escaladores que la intentan a vista o al flash al final necesiten tres intentos, y el que usa la estrategia de matizarla la haga al segundo… ¿Es mejor éste por haber necesitado menos pegues? O, ¿el escalador que ha escalado a vista ha obtenido un aprendizaje más amplio de habilidades resolutivas para escalar, tanto a vista como ensayado?
Suponiendo que los escaladores que la intentan a vista o al flash al final necesiten tres intentos, y el que usa la estrategia de matizarla la haga al segundo… ¿Es mejor éste por haber necesitado menos pegues?
VARÍA SI COMPARTES LOS BETAS CON OTROS ESCALADORES
Es fin de semana y coincidís en un sector varios escaladores a probar la misma ruta. Esa situación acelerará el proceso de encadene. El motivo es que, además de la información de tus pegues, obtendrás la de los demás compañeros. El resultado será un menor número de intentos.
Ahora imagina que vas a un sector nuevo e intentas una vía que ninguno de tus acompañantes conoce ni se anima a probar. Te tocará descifrar cada secuencia por ti solo.
Es bastante probable que acabes invirtiendo más pegues que si la compartes con otros escaladores, o te hubiesen indicado los movimientos. Quizás hayas tenido que probar diferentes opciones antes de dar con la adecuada.
Si embargo, ¿qué escalador ha obtenido un mejor aprendizaje? En el segundo caso, aunque acabe invirtiendo más pegues, habrá desarrollado una mayor capacidad resolutiva.
Obtener información externa puede reducir el número de pegues totales, pero también el desarrollo de la capacidad resolutiva.
CAMBIA SI OBTIENES BUENAS BETAS ANTES Y DURANTE EL PROCESO
El proceso de proyectar una vía será muy diferente si obtienes información externa que si no cuentas con ella. Pero, también debes valorar la utilidad de esa información.
Pongamos un ejemplo. Eres un escalador alto y dinámico, para quien la fuerza no es su mejor cualidad. Estás probando una ruta que te flashea un escalador de menor estatura pero con una buena fuerza de dedos y de bloqueo.
Con su mejor voluntad, te dice los métodos que utilizó para encadenar la ruta. Y tú, los sigues al dedillo. O, eso intentas. Porque tras caer treinta veces en el mismo paso, ves a otro escalador realizar esa secuencia de manera diferente. Entonces, pruebas y se te adapta mejor; y el encadene llega poco después.
O, tras caer un par de veces en una secuencia, pones en duda su método y decides encontrar el tuyo. Esto agilizaría el proceso además de ser muestra de una mejor capacidad resolutiva.
Por tanto, aunque el que te canten los movimientos de una ruta suele acelerar el proceso, ten cuidado:
- En el corto plazo, puedes estar ejecutando métodos poco eficientes para ti.
- En el medio plazo, se te puede alargar el proyecto.
- Y, a largo plazo, no desarrollarás una buena capacidad resolutiva, factor importante en la escalada tanto a vista como ensayada. Carecerás de decisión y de la capacidad de percibir oportunidades en la ruta.
Obtener el flashe de una ruta suele acelerar el proceso, pero puedes estar ejecutando métodos pocos eficientes para ti, además de no desarrollar la capacidad resolutiva.
EN BÚLDER CÓMO SE MIDE
En búlder no se usa el concepto de a vista. Allí, el primer intento es al flash, ya que la mayoría de agarres son accesibles y puedes tocarlos.
Esa accesibilidad hace que puedas repetir cada movimiento de manera aislada sin complicación (salvo excepciones). Esto ha hecho que carezca de sentido contar los intentos a un problema de búlder (a no ser que se haga al flash).
En búlder se mide el tiempo invertido más que el número de intentos.
Lo que suele hacerse es contar el tiempo invertido. Esto puede hacerse en horas, si lo encadenas en el día. O en jornadas, si te lleva más tiempo.
ES DIFERENTE PROBARLA CON BUENAS CONDICIONES O CON MALAS
Estás de vacaciones en Rodellar, con días de 40º a las sombra. Pero, son los únicos que puedes probar un proyecto. Es probable que hayan muchos pegues que caigas exhausto debido a la condición de calor extremo. Y otros, que resbales de las presas por la humedad. Pero, gracias a esos intentos invertidos, cuando llegue un día de buenas condiciones, estarás preparado para encadenar.
Gracias a los intentos invertidos en malas condiciones, es probable que, cuando lleguen las buenas, estés preparado para encadenar.
Ahora piensa en alguien que coja la misma ruta en un octubre seco y fresco. La fricción será buenísima, lo que unido a la temperatura mejorará el rendimiento.
Por tanto, no tiene mucha lógica comparar el número de intentos de ambos escaladores.
VARÍA SI LA PRUEBAS EN EL PICO DE FORMA O EN OTRO MOMENTO DE LA TEMPORADA
Periodizar sirve para programarte un pico de forma para un evento concreto, como un viaje, una competición o las buenas condiciones en el sector local. Los métodos ATR son útiles para eso.
Sin embargo, como escalador que eres, saldrás a escalar cada semana. Y si estás en una periodización de ese tipo, es probable que algún día estés con fatiga acumulada. Pero como sales a escalar, aprovechas para probar vías sin demasiada pretensión. Ya llegará el pico.
En una planificación ATR es probable que tengas días de mal rendimiento por la fatiga.
Una vez que llegas al bloque R de rendimiento, te sientes genial. Y encadenas (o no) las vías que tenías pensadas. Si lo consigues hacer en menos pegues, ¿es porque has mejorado como escalador? O, ¿porque estás en mucha mejor forma que durante los mesociclo previos?
Pero, lo que no tendría sentido es dejar de escalar durante la temporada y reservarse para el momento de peak. La escalada es un deporte técnico táctico que depende de tu habilidad en la roca. Y si no la tocas, la pierdes. Planificaciones ágiles tipo bottom-up o no lineales te ayudan a poder rendir de manera frecuente, sin tener que depender de un pico de forma al final del ciclo.
PUEDES SUMAR PEGUES PARA ENTRENAR OTRAS CUALIDADES (COMO RESISTENCIA O CAPACIDAD DE TRABAJO)
Puede suceder que estés en el sector, y ya hayas dado dos pegues al proyecto. Te mides la pérdida de fuerza, y el Progressor te dice que no merece la pena hacer otro pegue. Que te quites el arnés y «pa casa».
Sin embargo, ya que no podrás escalar ni entrenar en tres o cuatro días por asuntos laborales, decides dárselo. Quizás podrías probar otra vía; pero ya que estás allí, prefieres seguir matizando aquellas secuencias que, aunque las encadenas, sigues llegando cansado al bloque final.
Un pegue más con cierta fatiga te puede ayudar a matizar escalando de manera más técnica, además de trabajar la capacidad de trabajo.
Aunque estés sumando un pegue más, te puede servir para:
- Matizar mejor, ya que al estar cansado, escalarás de manera más técnica.
- Trabajar la capacidad de trabajo, acumulando volumen.
Sin embargo, debes tener cuidado. En estado de fatiga tus sistemas protectores pueden fallar, y es más fácil lesionarse. Sé consciente y no fuerces en exceso. Menos aún si hay alguna secuencia que pueda resultar lesiva.
SOMOS SERES SOCIALES. EL ENTORNO INFLUYE EN TU RENDIMIENTO
Seguro que has tenido días en los que has salido de casa con alguna preocupación en la cabeza. Una vez en el sector, seguía allí. No te permitía concentrarte ni entrar en el flow.
Diversos estudios señalan que la escalada tiene propiedades terapéuticas. Esa capacidad de abstraerte de la realidad y concentrarte en el momento presente, engancha.
Si tu mente está «pre-ocupada» con otros asuntos, es probable que no puedas entrar en «la zona». Más que pegues malgastados, considéralos «terapéuticos».
Sin embargo, si tu mente está «pre-ocupada» con otros asuntos, es probable que no puedas entrar en «la zona». Días así, mejor contentarse con tomar el Sol en la naturaleza y en buena compañía.
Pero, una vez allí, decides dar algún pegue al proyecto por iniciativa propia o porque te anima algún colega. Es probable que esos no sean tus mejores pegues a la vía. Pero, al menos, te servirán de «tratamiento terapéutico».
MENOS PEGUES PUEDE SIGNIFICAR QUE NO SUPONÍA MUCHO DESAFÍO
Hacerse una vía a vista «sobrado» suele significar que ya tenías integradas en tu catálogo las habilidades necesarias para encadenarla. Puede ser por haber escalado vías similares o con habilidades transferibles.
Si has tenido que lucharla, el aprendizaje es diferente. Habrás trabajado la gestión de la fatiga y la estrategia. Quizás te haya tocado improvisar en algún punto, mejorando tu capacidad resolutiva y creatividad.
Encadenar una vía a vista «sobrado» suele significar que ya tenías integradas en tu catálogo las habilidades necesarias. Por tanto, el aprendizaje es mínimo.
Un escalador que debe matizarla por partes, y trabajarla en diferentes días, se lleva un aprendizaje técnico-táctico que no tenía integrado. Quizás, también deba mejorar su condición física específica para lograr el encadene. Será un muy buen aprendizaje, que combinado con otras escaladas a vista, quizás le ayude a lograr vías así al primer intento en el futuro.
Entonces, la diferencia puede ser que los primeros escaladores se encuentren en un punto más avanzado de su trayectoria como escaladores que el tercero.
LO IMPORTANTE ES LA TENDENCIA
Contar los pegues necesarios para encadenar también puede aportar una información relevante. La clave es mirar la tendencia. Es decir, si los primeros 7bs te costaban varios días y ahora caen a vista o en el día. O si necesitabas meses de pegues para hacer 8a, y ahora los encadenas en tres o cuatro jornadas.
Esa información te dice que estás mejorando como escalador. Que tu progreso es positivo. Y, al final, es lo que cuenta. No pretendas ser el escalador que encadenó una ruta concreta en cuatro pegues. Aspira a ser capaz de hacer todas las rutas de ese nivel y estilo con eficiencia.
Contar los pegues puede aportar una información relevante. La clave es mirar la tendencia. No pretendas ser el escalador que encadenó una ruta concreta en cuatro pegues. Aspira a ser capaz de hacer todas las rutas de ese nivel y estilo con eficiencia.
Para que eso pase, tendrás que progresar en tu camino a la maestría en la vertical. En ocasiones, tu mayor enemigo será una baja autoeficacia y falta de confianza. A veces, necesitarás más compromiso para alcanzar las cualidades físicas y técnico-tácticas necesarias. Pero otras, el propio ego no te dejará fallar. Y eso es parte del camino. Sin fallo, no hay aprendizaje.
CONCLUSIONES
Qué tan precisas sean las reglas sobre cuándo comienza y finaliza un intento, depende del contexto. En competición, las reglas de la escalada son las más estrictas y con límite de tiempo. En la roca, se trata de una palabra de honor, donde un pegue comienza al dejar el suelo y termina cuando se cuelga de la cuerda.
A partir de allí, cada nueva vuelta a la cuerda podría considerarse un intento. Tal y como harías si intentaras un problema de búlder. Pero probar más veces no tiene por qué ser negativo. Estar allí, frente a una pared, es una maravillosa oportunidad para intentar secuencias que funcionen, y otras creativas que podrían funcionar.
Para poder comparar el número de pegues entre dos escaladores a la misma ruta, deberían haberse dado las mismas circunstancias. Y, con todas las variables que participan, es casi imposible.
De hecho, un muy buen ejercicio para desarrollar la capacidad resolutiva en los escaladores es intentar resolver cada problema de búlder de, al menos, 3 formas diferentes.
Thomas Edison intentó 1000 veces hacer una bombilla antes de lograrlo. Cuando su discípulo le preguntó por qué seguía insistiendo tras tantos fracasos, respondió: “No son fracasos; he descubierto 1000 formas de cómo no se hace una bombilla.”
Además, para poder comparar el número de pegues entre dos escaladores a la misma ruta, deberían haberse dado las mismas circunstancias. Y, con todas las variables que participan, es casi imposible. Somos seres complejos que interactúan con su entorno, y nos adaptamos a él. No depende de ti la cantidad de pegues que inviertas en una ruta. Asúmelo.
Intertarlo más veces no es negativo. Estar allí, frente a una pared, es una maravillosa oportunidad para probar secuencias que funcionen, y otras creativas que podrían funcionar.
La clave es disfrutar del camino. Si no eres capaz de divertirte cada entrenamiento, te frustrarás si no consigues unos objetivos que sean simples cifras. Si te apetece, puedes probar a entrenar conmigo.
Este es un artículo de reflexión, con pensamientos que me vienen a la cabeza. Me encantará conocer los tuyos, y crear un sano debate en los comentarios
Así que, ¡a disfrutar de la escalada y a crujir a pegues el proyect!
Buen post!, para mi, el número de pegues es proporcional a lo que te lleva a obsesionarte con la vía. Al final creo que nuestros mejores logros o nuestras mejores sensaciones están detrás de un buen puñado de pegues a una via.
Interesante reflexión, gracias por compartirla. Parece como dices, una cuestión de ego, pues no es el hecho de cuántos pegues, cómo, dónde o con quién, etc, lo que va a darle el tinte egótico al asunto, sino el hecho de que se diga, se publique. Los chinos dicen: «casa grande, hombre pequeño».
Hola, Marcos!
No creo que sea sólo ego. A todos nos gusta compartir experiencias de la escalada como de cualquier faceta de nuestras vidas.. Es un hobby que ocupa un lugar tan importante y nos aporta tantas alegrías, que nos gusta compartirla con otras personas…
Hay gente así, otros que se lo apuntan a nivel personal como datos objetivos de su evolución como escaladores y, por supuesto, los ególatras….
Un saludo!